La resiliencia profesional en tiempos de incertidumbre

¿Cómo logran salir adelante las personas después de situaciones difíciles que cambian sus vidas? La muerte de un ser querido, la pérdida del trabajo, enfermedades serias, ataques terroristas y otros eventos traumáticos son ejemplos de situaciones límites que ocurren en la vida. En estos momentos, la resiliencia se vuelve una herramienta clave para salir adelante.
Resiliencia profesional ante situaciones adversas
En general, las personas logran adaptarse a estas situaciones críticas y a las condiciones de estrés. ¿Qué les permite hacerlo? La respuesta es la resiliencia, un proceso psicológico que requiere tiempo, esfuerzo y que implica una serie de pasos.
El término se refiere a la capacidad para adaptarse eficazmente a circunstancias adversas, traumas, tragedias, amenazas o fases de estrés vinculadas a la familia, o relaciones cercanas, problemas de salud o desafíos laborales o financieros. Implica la habilidad de “rebotar” y recuperarse tras una experiencia difícil.
Diversas investigaciones indican que la resiliencia es una característica “ordinaria” y no “extraordinaria”. Es decir, las personas frecuentemente demostramos resiliencia.
Elementos que fortalecen la resiliencia profesional
La resiliencia no es un rasgo de personalidad que algunas personas tienen o no. Más bien, incluye un repertorio de conductas, pensamientos y acciones que pueden aprenderse o desarrollarse.
La mayoría de los expertos coinciden en que los siguientes elementos favorecen su desarrollo:
- Redes de apoyo informales: colegas, amistades o maestros.
- Capacidad para encontrarle sentido a la vida.
- Desarrollo del sentido del humor como herramienta para enfrentar la adversidad.
Estrategias para mejorar la resiliencia profesional
Modificar aspectos de la situación en que una persona se encuentra es una estrategia tanto cognitiva como conductual, ya que implica pensar y actuar de manera distinta. Muchas veces creemos que no podemos hacer nada frente a los problemas, pero sí podemos adoptar conductas más sanas que produzcan menos estrés.
En esto, juega un papel muy importante el grado en que los individuos crean que su comportamiento influye sobre lo que les sucede. Por ejemplo, una profesional que recibe retroalimentación crítica sobre un proyecto, en vez de desmotivarse, solicita apoyo para mejorar y perfeccionar su propuesta. Esta capacidad de reconfiguración ante la adversidad es una forma concreta de resiliencia (Goleman, 2004).
Dentro del desarrollo de habilidades para hacer frente a la adversidad, la gestión emocional adquiere un lugar central. La inteligencia emocional, fundamental para el liderazgo y la colaboración en equipos, no solo ayuda a regular el estrés, sino que también fortalece los lazos entre colegas, facilita la toma de decisiones y potencia la adaptabilidad ante los cambios.
En el Curso en Gestión de la Inteligencia Emocional para el Liderazgo de Equiposde Ingeniería Industrial UC, los y las estudiantes analizarán cómo la inteligencia emocional impacta directamente en la productividad de los equipos. Se aplicarán fundamentos psicológicos reconocidos para mejorar la capacidad de liderazgo y gestión de personas, entregando herramientas prácticas para el día a día profesional, fortaleciendo la resiliencia individual y colectiva.
El rol de las aptitudes sociales y resolutivas
En el aprendizaje de la resiliencia es muy importante destacar el papel que tienen las aptitudes sociales y aptitudes resolutivas, que permiten la sensación de tener cierto control sobre la propia vida. De hecho, los resultados de distintos estudios sugieren que los individuos con control interno son más resistentes a las presiones y menos proclives a ser convencidos para cambiar sus actitudes.
Claves para desarrollar resiliencia profesional en el trabajo
A medida que las circunstancias cambian, es fundamental adaptarse, lo que no significa vivir con el miedo constante a perder un trabajo. Aquí se presentan cuatro estrategias para mantener una mentalidad de crecimiento:
- Identificar los puntos no negociables: es clave saber cuál es nuestro punto de tolerancia de riesgo y conocer cómo gestionamos la incertidumbre, advertir cuáles son nuestros límites. Por ejemplo, si nos ofrecen un trabajo atractivo económicamente, pero que no se alinea con nuestros valores personales.
- Desarrollar adaptabilidad y agilidad: necesitamos inteligencia emocional para comprender el contexto, mantener la calma bajo presión y establecer rutinas que nos permitan gestionar el estrés.
- Profundizar las relaciones laborales: construir vínculos con otras personas nos ayuda a tener distintas perspectivas, generar oportunidades de colaboración y fortalecer redes profesionales.
- Generar tu siguiente mejor opción: reflexiona: si hoy pierdo mi trabajo, ¿cuál es mi plan para mañana?
La resiliencia profesional es una habilidad clave para sobrevivir y prosperar en entornos laborales con alta incertidumbre y cambios constantes. Desarrollar esta capacidad permite enfrentar la adversidad con mayor seguridad, convirtiendo los desafíos en oportunidades de crecimiento personal y profesional.

