Escuela de Ingeniería

Declive y emergencia de las potencias mundiales

Declive y emergencia de las potencias mundiales

Mientras Occidente enfrenta un declive en su hegemonía, China emerge como una potencia económica y política clave. Este cambio de estatus podría desencadenar conflictos bélicos si no se maneja adecuadamente, poniendo en riesgo la frágil estabilidad mundial.

En la actualidad, la red internacional está atestiguando una batalla entre dos potencias que retrata el declive y emergencia de las potencias mundiales. Este choque está provocando el cambio de estatus, haciendo que cada nación ponga sobre la mesa sus intereses para ser parte de una dialéctica que, de no ser mediada de la mejor manera, podría desenlazar en un conflicto bélico que ponga fin a la débil y agonizante hegemonía de Occidente.

Antonio Gramsci, filósofo italiano que vivió hasta 1937, ya había planteado la emergencia de una tensa realidad, expresando que “el viejo mundo se muere, el nuevo tarda en aparecer; y en ese claroscuro surgen los monstruos”. Esa fue la forma en que el autor apuntó al quiebre del orden unipolar, refiriéndose al declive de la hegemonía de Occidente, pero sobre todo la de Estados Unidos sobre el resto de la comunidad internacional.

Un mundo se muere, otro se levanta

“Al encontrarse sin un adversario digno tras 1989 y el colapso del campo soviético, los Estados Unidos creyeron que su dominio del mundo sería por fin ilimitado”, manifestó Aziz Krichen, sociólogo tunecino. Y es que, tras la caída del Muro de Berlín, el gigante norteamericano se atribuyó el rol y la misión del progreso internacional.

Con Estados Unidos asumiendo la occidentalización del globo, el neoliberalismo fue aceptado por toda la comunidad internacional, poniendo a Occidente a la cabeza de un orden unipolar con miras a expandir sus relaciones comerciales hasta las fronteras con quienes, históricamente ha mantenido una relación distante.

Sin embargo, el liderazgo de Estados Unidos ha perdido su poder e influencia sobre los países del Tercer Bloque, o, mejor conocidos como naciones en vía de desarrollo. Esto se debe a que Estados Unidos se rezagó en su propio campo, pues el “libre comercio que le habían impuesto a las antiguas fuerzas del Eje se habían vuelto en su contra”, señaló Krichen.

El declive de Estados Unidos en representación de Occidente ha sido retratado como una eterna agonía, pues vemos cómo una potencia pierde sus fuerzas e intenta hacer lo posible para no sucumbir frente al posicionamiento de China. No obstante, la consolidación del gigante asiático dentro del escenario mundial es inminente.

Según el Fondo Monetario Internacional, “China ha tenido un desempeño económico estelar en las últimas tres décadas, con un notable y duradero crecimiento vigoroso”. A partir de aquello, China ha logrado tantear el terreno, acercándose a los países del desarrollismo para establecerse como principal socio comercial en distintos territorios.

Pese a que China practica un modelo económico mixto en el que mezcla la economía de mercado con un gran control estatal, ha sabido dialogar con el entorno, pues lo que le importa a esta nueva potencia es la configuración de los intereses entre las partes para lograr los mejores acuerdos en materia de tratados internacionales, una apertura económica que le ha otorgado el papel de actor clave en materia económica.

Al respecto, Raúl Sohr, periodista y analista internacional especializado en temas de seguridad y defensa, enfatizó que hoy, China no está exportando una ideología. “Lo que le importa son las garantías de inversión y la rentabilidad de los negocios, desde ese punto de vista, son un socio ideal”, agregó el experto.

Cabe destacar que, llegado el momento en que China asuma una completa hegemonía a escala global, este hecho no implicaría la imposición de un modelo para todos, ya que “cada país debe buscar su modelo, no hay una fórmula universal”, aseveró Sohr.

Pese a ello, Estados Unidos sigue teniendo peso a escala mundial. No obstante, para reivindicarse e imponerse como hizo en el siglo pasado, sus políticas internas y externas deben hacer frente de la mejor manera posible al mayor peligro que enfrenta la humanidad, el Cambio Climático.

Las atrocidades del claroscuro

Considerando la balanza con Estados Unidos en un lado y China por el otro, el mundo podría ser testigo de las mayores barbaries en nombre de la hegemonía sobre el globo. Hoy, el juego por el poder de uno sobre otros podría desencadenar una sucesión de conflictos armados que, de momento, son meras especulaciones.

Frente a la asunción de figuras carismáticas y un preocupante crecimiento de la ultraderecha, la diplomacia, pilar para las relaciones internacionales, estaría amenazada por políticos que por elección popular atenderán los desafíos globales sin ánimos de optar por la necesaria y bien recibida colaboración por el bien común.

Con personajes como Donald Trump, quien ha sido electo por segunda vez como Presidente de los Estados Unidos; supone una tensión a escala, en particular en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Con el pronto arribo de Trump a la Casa Blanca, la alianza política y militar se ve enfrascada en un debate sobre la inversión destinada a defensa.

Estados Unidos es el miembro que más presupuesto inyecta en temas de defensa dentro de la OTAN, lo cual ha sido catalogado por el próximo mandatario como un abuso por parte de las demás partes. Además, ha amenazado con retirar al país norteamericano de la alianza, lo cual dejaría a Europa sin capacidad de defensa frente a las acciones que pudiese tomar Rusia en el contexto de la invasión a Ucrania.

“La amenaza de no contar con el apoyo de Estados Unidos, por supuesto, ha inquietado a los europeos. Muchos de ellos ven a la guerra de Ucrania como una guerra vecina. Una guerra en su continente y, desde ese punto de vista, hay una percepción distinta a la que tiene Estados Unidos”, comentó Raúl Sohr.

Alianzas Internacionales: una oportunidad para prosperar

En este escenario de cambio, las alianzas internacionales juegan un papel crucial. Organizaciones como BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) están ganando relevancia, ofreciendo una plataforma para el trabajo conjunto entre países emergentes y desafiando el dominio de las instituciones occidentales tradicionales como la OTAN y el G7.

Estas nuevas agrupaciones internacionales traen consigo desafíos y oportunidades. Este cambio en el equilibrio de poder trae por un lado la competencia entre potencias que puede llevar a tensiones y conflictos, como se ha visto en Europa del Este. Por otro lado, la emergencia de nuevas potencias puede fomentar un mundo más multipolar, donde diversas voces y perspectivas tengan un mayor peso en la toma de decisiones globales, ayudando así a la construcción de una red global horizontal que se entiende entre sí.

¿Qué sigue?

El declive de la hegemonía occidental y la emergencia de nuevas potencias están redefiniendo el panorama internacional. Este proceso, aunque lleno de incertidumbres, también ofrece la oportunidad de construir un orden mundial más equilibrado y justo. La clave estará en cómo las potencias tradicionales y emergentes manejen sus diferencias y colaboren para enfrentar los desafíos globales comunes.

Edificio Raúl Devés UC
Miniatura del video

¡Conoce nuestra oferta en el área de Operaciones, logística y procesos!

Ingeniería Industrial