El camino Lean Six Sigma hacia la excelencia

Eliminar desperdicios no es un evento puntual, sino un esfuerzo constante que exige disciplina, liderazgo, participación y un enfoque sistemático. Al hacerlo, las organizaciones no solo mejoran su eficiencia, sino que también adquieren mayor calidad y competitividad.
En la metodología Lean Six Sigma, los desperdicios, conocidos como muda en japonés, son todas aquellas actividades que consumen recursos sin aportar valor al cliente. Su eliminación es clave para mejorar procesos, reducir costos y entregar productos o servicios de calidad en menos tiempo. Reducir desperdicios es crucial para incrementar la calidad y caminar hacia la excelencia.
¿Qué tipos de desperdicios encontramos en una organización?
Se pueden identificar ocho tipos de desperdicios gracias a la metodología Lean Six Sigma:
- Sobreproducción: Fabricar más de lo que se necesita. Ejemplo: una panadería que hornea 100 panes diarios aunque solo vende 60, generando sobrantes al final del día, con la consiguiente pérdida de recursos.
- Inventario: Acumulación innecesaria de materiales o productos. Ejemplo: un taller con exceso de repuestos que ocupan espacio y dificultan el orden y pueden deteriorarse.
- Movimiento: Desplazamientos innecesarios de personas. Ejemplo: un operario que debe caminar 15 metros en busca de herramientas para una tarea.
- Transporte: Traslados innecesarios de materiales. Ejemplo: trasladar documentos físicos de una oficina a otra cuando podrían compartirse digitalmente.
- Esperas: Tiempos muertos entre procesos y/o entre actividades de un proceso. Ejemplo: existencia de algunos “cuellos de botella” que retrasan la ejecución del proceso.
- Sobreprocesamiento: Hacer más de lo requerido, sin aportar un valor mayor. Ejemplo: entregar un informe con elementos no solicitados y de difícil interpretación.
- Defectos: Errores que generan retrabajo. Ejemplo: envíos de “delivery” a direcciones equivocadas o con productos que no correspondan.
- Desaprovechamiento del talento humano: No utilizar plenamente las competencias que tienen las personas para que las apliquen en su trabajo. Ejemplo: jefes de las secciones de atención a los clientes, que no consultan a sus empleados sobre cuáles son los principales reclamos.
¿Qué hacer con los desperdicios identificados con la metolodogía Lean Six Sigma?
- Adoptar una cultura de mejora continua: La eliminación de desperdicios requiere un compromiso cultural. Las organizaciones deben fomentar la participación activa de los colaboradores en la identificación de problemas y la propuesta de soluciones, con un indispensable liderazgo de los directivos.
- Levantar los procesos: Por ejemplo, el Value Stream Mapping (VSM) permite visualizar el flujo de valor y detectar puntos donde hay cuellos de botella, esperas o reprocesos.
- Aplicar metodologías: Herramientas como 5S, Kaizen, SMED o Just in Time ayudan a ordenar el entorno, reducir tiempos y simplificar operaciones.
- Escuchar al cliente: Solo aquello que el cliente está dispuesto a pagar se considera valor. Conocer sus expectativas permite enfocar los esfuerzos en lo que realmente importa.
- Medir y actuar sobre los datos: Establecer indicadores clave de rendimiento (KPI) permite monitorear avances y detectar nuevos desperdicios con base en evidencia.
Eliminar desperdicios que se identificaron con la metodología Lean Six Sigma no es un evento puntual, sino un esfuerzo constante que exige disciplina, liderazgo, participación y un enfoque sistemático. Al hacerlo, las organizaciones no solo mejoran su eficiencia, sino que también adquieren mayor calidad y competitividad.
Nota editorial: El artículo El camino Lean Six Sigma hacia la excelencia fue publicado el 15 de abril de 2025 en la página B9 de El Mercurio.

